
Como ocurre en otros países de la región, a Lugo lo apoya una izquierda muy vinculada a movimientos sociales populares y sectores de
"Lugo se suma a la primavera democrática que irrumpe en América Latina (...) Tras un largo período de dictaduras militares y gobiernos neoliberales corruptos, los electores votan a gobiernos democrático populares", afirmó el teólogo brasileño Frei Betto, figura emblemática de la izquierda católica latinoamericana.
Actualmente en Sudamérica existen gobiernos considerados de izquierda en Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Uruguay y Venezuela, a lo que viene a sumarse Paraguay.
Muchos de sus líderes -como Lugo- no eran políticos profesionales. El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, fue un obrero metalúrgico antes de convertirse en sindicalista y fundar su partido. El venezolano Hugo Chávez fue militar; Evo Morales, primer mandatario indígena de Bolivia, era un líder cocalero.
Tras servir como religioso en las comunidades indígenas de Ecuador y ejercer de obispo en una de las regiones más pobres de Paraguay, Lugo, de 57 años, colgó los hábitos en diciembre de 2006 para ser candidato a la presidencia.
Y llegó al poder apoyado por una veintena de organizaciones sociales y populares y nueve partidos políticos, la mayoría de izquierda, aunque también de derecha, bajo el nombre de Alianza Patriótica para el Cambio (APC).
Opiniones
"El socialismo del siglo XXI" se impone en la región, como rebeldía contra el neoliberalismo, dijo sobre la victoria de Lugo el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, también ingresado a la política en años recientes.
Lugo tendrá que mostrar quién será en el poder y qué margen de maniobra tendrá.
"No se sabe todavía cómo los conservadores, que siempre tuvieron el poder, van a reaccionar con respecto al gobierno de Lugo, y tampoco qué apoyo interno tendrá y en qué medida su gobierno va a ser radical o va a mostrar una ruptura muy abrupta con el pasado", opinó el argentino Luis Fernando Ayerbe, profesor de
Lugo ha dejado claras algunas prioridades, comenzando por la lucha contra la corrupción y la pobreza, dos grandes males en su país de 6 millones de habitantes y más de 40% de pobreza (20% extrema).
"No voy a olvidar que estoy al servicio del pueblo", garantizó esta semana ante periodistas.El ex obispo también ha indicado que pretende buscar su propio camino en la región: "No quiero tener la trayectoria política de ningún líder de América Latina. Quiero hacer un servicio a mi país".
Entre sus desafíos, el nuevo presidente paraguayo tendrá que resolver una cuestión pendiente con Brasil: el reclamo que fue bandera en su campaña electoral de que este multiplique por siete lo que paga por la electricidad de la gigante represa binacional de Itaipú.
Además, está la situación de los estimados 200.000 'brasiguayos', como popularmente se conoce a los brasileños radicados en Paraguay, muchos en áreas en conflicto por la reforma agraria.
"Lugo es un líder más de la izquierda, con un proyecto social, de preocupación con los más pobres, que asciende al poder en Sudamérica, y ese es un factor que propicia el ambiente de entendimiento y cooperación; pero ese entendimiento se neutraliza con las respuestas introspectivas, nacionales y nacionalistas que dan a sus problemas, y en eso Lugo no parece diferente", dijo el profesor de Relaciones Internacionales de
Con AFP
http://noticiasrcn.com.co/content/la-izquierda-se-extiende-sudamerica-fernando-lugo-paraguay